viernes, 10 de noviembre de 2023

SURMARINO: RUTA 2

La ruta nº2 de los grupos SurMarino 1 y 2 la hemos realizado el jueves 9 de noviembre con un temperatura envidiable, poniente flojito y un verde post lluvia que agradece el monte y los ojos que le miran. Salimos de el merendero El Bujeo hacia la Ahumada y vuelta.


Nos enfrentamos a una ruta fácil por carril forestal por la zona SUR del Parque Natural de Los Alcornocales en el T.M. de Tarifa, partiendo de su linde política con Algeciras, que mantiene una actividad forestal y ganadera junto a un uso de zona residencial, siendo El Cuartón (Zona de Interés Turístico Nacional) el ejemplo de una iniciativa en el olvido.

Tras los 20 primeros minutos, en medio de una subidita suave, alcanzamos un cartel informativo, en esta ocasión sobre la Torre del Guadalmesí, primer elemento de importancia en nuestra ruta, la cual podemos divisar y fotografiar a lo lejos, en la costa. Toma su nombre del río, topónimo de origen incierto que podría provenir de la voz bereber wadí-n-Nasá, río donde pasar la noche, asimilada a de la voz árabe wadí-n-nisá, río de las mujeres, que, afectada por el fenómeno fonético de la imela fue fácilmente confundida por los cristianos repobladores con el vocablo castellano guadamecí, cuero adobado y adornado con dibujos de pintura o relieve. El topónimo Guadalmesí aparece ya en la Crónica de Alfonso XI redactada en 1340 como Guadamecil.

Como otras torres de la región fue mandada construir por Luis Bravo de Laguna, Director de fortificaciones durante el mandato de Felipe II. Tras aprobarse su construcción en 1577 esta comenzó en 1588 desconociéndose la fecha precisa en la que terminaron sus obras, aunque con toda probabilidad fue antes del cambio de siglo. Su función principal, aparte de la vigilancia de tránsito por el Estrecho manteniendo contacto con la Torre de la Isla de Tarifa y la Torre del Fraile, fue la de evitar que buques enemigos hicieran acopio de agua en el río de Guadalmesí, único punto de todo el tramo de costa donde podía hacerse en verano. ​Tiene planta redonda y forma cilíndrica alamborada con 12 metros de diámetro en la base y una altura total de 15 metros. El cuerpo de la torre es macizo en su tercio inferior estando el resto de la construcción ocupada por una estancia abovedada a la que se accedía mediante una puerta-ventana situada a 5.5 metros del suelo y orientada al norte. Desde esta estancia, que posee otra ventana abierta hacia el mar, se tenía acceso a la terraza superior mediante una escalera helicoidal interna incluida en el muro perimetral. En la actualidad su estado de conservación es bueno, aunque ha perdido su revestimiento y, en zonas puntuales diverso material constructivo, principalmente en ventanas, escalera y terrado.

El segundo elemento que captó nuestra atención fue el conjunto de captaciones de agua, servicio ecosistémico que el monte aporta de forma natural si el ecosistema está sano. Y de momento sigue aportando de forma bruta y generosa. El Servicio de Aguas de Algeciras (EMALGESA) gestiona una captación de agua en la zona por concesión del Ayuntamiento de Tarifa, la cual aporta agua durante todo el año, variando el caudal captado en cada época del año dependiendo de la pluviometría registrada en la zona. Le denominan “sistema de manantiales El Bujeo”, donde discurre el curso alto del río Guadalmesí. Las aguas captadas en este sistema de manantiales, siempre tras respetar el caudal ecológico establecido a su propio criterio, se tratan conjuntamente en la “E.T.A.P. El Bujeo”, que cuenta con un sistema de filtros de arena cerrados a presión y desinfección por cloración.

El tercer elemento de importancia fue el propio curso del río Guadalmesí.  Nace en la zona de Los Llanos del Juncal, en el Término Municipal de Tarifa, y sirve de confluencia a varios arroyos provenientes de esta misma sierra. Tras discurrir por un terreno muy accidentado, desemboca en la vertiente mediterránea del Estrecho de Gibraltar, junto al poblado de costa con el mismo nombre. Todo su curso pertenece al término municipal de Tarifa. Posee una elevada pendiente, ya que salva más de 600 m en un corto recorrido de unos 8,5 km aproximadamente. En su recorrido por el Parque Natural de los Alcornocales, el río forma un famoso canuto (valle profundo y estrecho) en el que la vegetación predominante es conocida como laurisilva o vegetación típica de los bosques subtropicales y que despareció de Europa tras los cambios climáticos en las últimas glaciaciones. En su zona más alta pudimos disfrutar de unas impresionantes vistas del Estrecho. 

Una vez llegamos al sendero del río nos adentraremos en él unos 500 metros, tomando las precauciones posibles para evitar el riesgo de un resbalón, aunque es uno de los canutos más accesibles del parque. Y para esta vez todo salió perfecto.

Y caminando pasito a pasito llegamos a las casas del núcleo rural de El Palancar, donde nuestro veterinario Jacinto demostró sus conocimientos identificando a las varias especies mixtas de ganado vacuno: berrenda, retinta "mezclá", limousín,... ¡Qué será de nuestro campo cuando desaparezca totalmente esta actividad! Y luego al puerto de La Ahumada para divisar la playa de Los Lances con viento de cara.


La última imagen que os mostramos es la de un tronco de alcornoque que alberga musgo y ombligo de venus en una muestra de simbiosis, biodiversidad y convivencia. El ser humano es una especie imparable: no tiene límites, está muy por encima del resto, la especie más poderosa del planeta; pero también significa que no podemos pararnos a nosotros mismos, siempre queremos más. Es la razón por la que causamos caos y estragos por el planeta. La especie Homo sapiens es tan inteligente que hace estupideces, tenemos tanto poder que no sólo podemos acabar con otros seres vivos sino que corremos el riesgo de acabar con nosotros mismos. Debemos encontrar la manera de convertir ese poder en felicidad. Si no logramos estar satisfechos con lo que tenemos en lugar de seguir aspirando cada vez a más y más, hay muchas probabilidades de que acabemos con nosotros mismos.

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