La ruta recorre el Parque Natural de Los Alcornocales partiendo del T.M. de Tarifa, pero al 95% por el TM de Algeciras, que mantiene actividad forestal, ganadera, recreativa y residencial. El camino es muy transitado por ciclista MTB que bajan a cierta velocidad. Una curiosidad, hay dos fincas con el nombre de “corzas”, la Finca Las Corzas, monte propio del Ayuntamiento de Algeciras (donde está el mirador, que no llegaremos, sale una tirada de 26 km) con 174 hectáreas; y la Finca Dehesa Hato de las Corzas (herederos de Fermín Muñoz), un cruce anterior a donde realizaremos nuestra parada a mitad de camino que lleva a Ojén.
Elementos importantes:
Panorámicas: el elemento más significativo es el
paisaje, si la climatología lo permite, que a priori parece que sí, un jueves
con nor-oeste tras lluvia que deja la atmósfera limpia de partículas. Conforme
ascendemos iremos viendo rodeados de alcornoques Inturjoven, Pelayo, Bahía de Algeciras, Peñón de Gibraltar y Ceuta (Arbona´s
city).
El
Pelayo, o simplemente Pelayo, es un núcleo de población del municipio de Algeciras situado
a 7 kilómetros del centro de la ciudad y a 14 km de Tarifa
que cuenta con 879 habitantes. La población está dividida en dos por la carretera nacional N-340 quedando
parte de ella dentro del P.N.de los Alcornocales.
La población primitiva de Pelayo tuvo origen rural,
basando su economía en las huertas y molinos allí presentes. Sus valles profundos
entre las laderas de los montes mantienen unas condiciones climáticas muy
especiales, con mayor grado de humedad y temperaturas más suaves que el resto
del territorio, de ahí que los llamados "canutos de Pelayo" tuvieran
unas condiciones climatológicas muy beneficiosas para los cultivos. El tipo de
casa rural original es el llamado "rancho-huerto", hoy muy
deteriorado y sustituido por construcciones ilegales en usurpaciones al monte.
Los “rancho-huerto” se hallaban enclavados en los "canutos de Pelayo".
Estaban dedicados fundamentalmente a la explotación de una pequeña huerta. Este
trabajo se complementaba con la cría de algunas cabras, ovejas y cerdos. Aún se
conservan algunos molinos de agua, posiblemente de herencia musulmana, que
servían para moler el trigo comprado o cosechado en sus propias huertas. La
fuerza del agua que circulaba por las acequias y canales del molino hacían
mover las ruedas que transmitían la energía para la molienda. Parte de esta
herencia queda en el pan de Pelayo.
Hoy día, sin embargo, la zona ha pasado a tener uso casi
exclusivamente residencial, siendo considerada una barriada más de la ciudad.
"El topónimo de El Pelayo parece tener su origen
en honrar al rey astur-romano (718-737) Don Pelayo al que se le atribuye el
freno musulmán hacia el norte, dando inicio a la reconquista. A su hijo,
Favila, lo mató un oso. Y el rey Alfonso XI cazó un oso en los montes de
Algeciras sobre 1340 (antes de su muerte por peste negra en Gibraltar). Al
lugar le llamó El Pelayo."
Trampas de feromonas frente a la lagarta peluda (se colocan en primavera).
La lagarta peluda o Lymantria dispar es un lepidóptero cuya oruga se alimenta de los brotes de hojas de alcornoques y encinas. Sincroniza su eclosión con la generación de nuevos brotes para utilizar sustancias como los taninos para la crianza de su prole. Cuando crece es capaz de comer hojas y ramillas viajas al tener la dentadura desarrollada, dejando temporalmente al árbol atacado “pelao”.
Su
ciclo biológico es univoltino, presenta una única generación al año. Pasa el
invierno en forma de huevo, agrupados en plastones de aspecto esponjoso sobre
la corteza de los árboles, como manchas de chicles. Su ciclo biológico depende
directamente de las condiciones climáticas y lo que se ha observado en
Andalucía es que cuanto más al sur y cuanto menor sea la altitud, antes se
produce la eclosión de los huevos. En el mes de abril suelen aparecer las
primeras larvas, dependiendo de la localidad. Cuando eclosionan los huevos, las
larvas se quedan, durante el primer estadio, encima de la puesta sin comer.
Pasados diez días, las orugas, que poseen un marcado fototropismo, comienzan la
fase de dispersión y se dirigen a la parte alta de la copa, comenzando su
alimentación. Inicialmente los daños se producen sobre las hojas nuevas y
consiste en pequeñas roeduras por el centro de la hoja. En esta fase, si el
árbol no tiene hojas nuevas, se dejarán colgar de unos hilos de seda, gracias a
estos hilos y a los numerosos pelos que recubren la oruga el viento las transporta
a nuevos pies con hojas rebrotadas. Este es el sistema empleado para su
dispersión, ya que la hembra no puede volar, así pueden desplazarse varios
kilómetros, por ello se deduce que el viento es el principal factor de dispersión
Dentro del Plan de Lucha Integrada (1997) contra la lagarta peluda se emplean trampas de feromona de tipo G, con feromona Disparlure. Sirven para realizar un muestreo de la dispersión y abundancia de la especie y tomar decisiones de lucha química. Fundamentalmente caza machos ya que la hembra no vuela y los atrae con sus feromonas.
Los
técnicos de la Consejería coinciden en que la incidencia de
este año ha sido inferior que en años anteriores. Se han
realizado batidas de fumigación con el único tratamiento terrestre autorizado,
el bacillus thuringiensis. Aunque también tienen encima de la mesa la
utilización de otro producto, el Dimilín Diflubenzuron, con una
composición más activa, pero no autorizado por MITECO. Para 2025 quieren
utilizar otro producto, el Altancor Clorantraniliprol. La Consejería
también analiza el planteamiento de un estudio de la UCA acerca del uso de
determinadas especies como aves y murciélagos que puedan contribuir a combatir
el avance de la lymantria.
Puerto
de la Higuera.
Es la cota máxima de nuestro recorrido, y del llamado
“camino de Las Corzas o Algamasilla”, con 565 metros de altitud. Para los muy
aventureros de pista libre, desde este puerto se puede llegar a la senda de los
prisioneros y la represa del Río de la Miel (+info Moisés Guerrero).
Puerto de la Zarza.
Este
de abajo es el Puerto de la Zarza, el paso entre Sierra Luna y Las Esclarecidas
altas, o dicho de otro modo, lo que hay entre la Garganta del Río de la Miel y
la Garganta del Capitán. Pocos metros atrás está la entrada principal a la Casa
de las Corzas, ya sabéis, la finca privada Dehesa Hato de las Corzas.
Nos despedimos con el deseo de ver caer la lluvia prometida en las predicciones.
¡"Agua pa los carvos"!
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