El martes 12 de noviembre completamos la Fase IV del proyecto Valdeinfierno Okamurae con la ejecución magistral de la repoblación diseñada allá por septiembre de 2023 y que iniciamos con la selección de bellotas en noviembre. Un año, quién lo diría.
El alumnado de SurMarino no sólo fermentó alga invasora asiática Rugulopteryx okamurae para reconstituir alcornoques enfermos por la "seca", también crearon un espacio en su casa para su vivero casero de donde sacar plantones de un año de alcornoque (y algún quejigo) para apoyar la necesaria regeneración del trocito de monte donde actuamos, quizás un soplo de vida que el levante, cual brisa marina, haga de velero hacia islas donde naufragar forestalmente.
Recibimos el apoyo de la Delegación de Medio Ambiente y Desarrollo del Ayuntamiento de Los Barrios y de la finca Zanona. Del Ayuntamiento, la mano siempre sabia de Eduardo Briones con los trabajadores Kito Marchante y Manuel Correro que marcaron el nivel donde el alumnado respondió con entusiasmo y calidad; y de Zanona, una cuba de 1.000 litros de agua al volante de Manuel, para estimular de forma inmediata los cepellones de los plantones, y eso que la mágica lluvia nos anunciaba un regalo del cielo.
Se plantaron 44 arbolitos con el objetivo de que, cuando amanezca para la generación futura, exista otro cielo que el sueño actual que nos mantiene en vilo. Y 3 de la prueba realizada el viernes 25 de octubre, de los cuales uno ya ha arrancado con nuevos brotes.
En total, 47 nuevos alcornoques para un monte que debe su toponimia a que un día fue "valle infierno" por su cobertura vegetal y ahora lo es por la muerte arbórea, sea por la "seca", por la contaminación atmosférica o por la desidia humana.
El tiempo previsto, 20 minutos por plantón, era de 200 minutos por equipo, más o menos 3 horas de trabajo. Se redujo a la mitad. Y a las 12:00 estábamos en la zona de La Polvorilla acorralando a nuestro cocinero Juan Álvarez, y a su pinche José Luis Herrero, para el deseado arroz con cochino cazado.
Sí, el cochino en el monte es actualmente un invasor que destruye, hace cien años fue el que quitó "la hambre", pero ahora se lo come todo porque está en desequilibrio por su altísima densidad. Pues no hay otra, a falta de depredador natural, el ser humano lo debe mantener a raya, como al alga. Suena duro, disparo controlado y regulación. O grandes jaulas. Y a vender carne de calidad, criada de forma salvaje, siempre con el objetivo de mitigar su expansión y la de las enfermedades que pueden transmitir a las granjas ganaderas.
Llegamos a la comida, un espectáculo. Bajo receta "alicantina", Juan Álvarez cocinó en una instalación de campaña un lujo ibérico, sin pollo industrial ni conejo enjaulado. La horma del zapato del grupo. Y de nuestros Kito y Manolo, con los que preparamos ya el seguimiento, los riegos de verano, la sustitución de marras, las aplicaciones de fertilizante como bio-estimulante... ¡para!, qué tó el trabajo está aquí.
Para despedirnos, rendir un humilde homenaje a una persona dedicada al medio ambiente, con muchos aciertos, y también errores, pero siempre dispuesto a la mejora. Se nos jubila Don Eduardo Jesús Briones Villa, conocido por Eduardo Briones, biólogo de formación, cazador y funcionario, un personaje público con mérito y currículo que pondrá difícil su sustitución al frente de la Delegación Municipal de Medio Ambiente y Desarrollo en el Ayuntamiento de Los Barrios, pero que seguiremos teniendo en las innumerables acciones académicas y de divulgación a favor de la conservación.
¡Salud!, compañero.
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