martes, 25 de noviembre de 2008

AÑORADA PLAZA DE TOROS, LA PERSEVERANCIA

Debe este sonoro y significativo nombre al empeño y esfuerzo que dedicaron los algecireños en su construcción. Desde 1765, a petición de los frailes mercedarios, con objeto de recaudar fondos para la construcción de la capilla del Convento de la Merced, comenzaron a celebrarse en Algeciras las primeras corridas de toros. Entonces se concedió licencia para que durante tres años se pudiesen celebrar ocho corridas anuales. Las primeras, como no había plaza de toros, se realizaron en el patio del matadero.

Posteriormente, los festejos se celebraban en la Plaza Baja, actualmente plaza de abastos.
En 1850, se celebró la primera Feria Real de Algeciras y se hizo evidente la necesidad de tener una plaza de toros acorde con la dignidad de esta feria.

El pueblo algecireño demostró su afición por los toros desde el principio. Por eso en 1851 se levantó una plaza provisional con tapia de mampostería y graderío que se conservó hasta 1860. En el mismo lugar se iniciaron las obras de la futura plaza de toros La Perseverancia.

El Ayuntamiento cedió el terreno y el pueblo colaboró según sus posibilidades, con dinero o con su trabajo, y así consiguieron que se inaugurara el 2 de junio de 1868 con una corrida en la que intervinieron los toreros El Gordito, Chiclanero y Lagartijo.

El nombre de la plaza, La Perseverancia, por tanto se debe al empeño de todos los algecireños de aquella época por tener una auténtica plaza de toros.
Tenía planta poligonal con dieciséis lados, de mampostería con las últimas gradas de madera y cubiertas por una arquería apoyada en columnas de piedra. Su aforo era de unos seis mil quinientos espectadores.

Por ella pasaron las mas notables figuras del toreo, como Belmonte o Lagartijo, quien en una ocasión dijo: “… el año que no me visto de luces en Algeciras, me parece que no he toreado”.

Hasta que sucedió lo imperdonable: “ Y cayó después de un largo siglo” según el que fue cronista oficial de Algeciras, don Cristóbal Delgado. En 1975 fue demolida justificando esta grave afrenta al pueblo algecireño, seguramente desconocedor de su historia, por el hecho de haberse quedado pequeña. Así Algeciras ha perdido probablemente el monumento mas entrañable y querido por el pueblo.


Grupo del Plan Educativo
Patrimonio de Algeciras

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