martes, 12 de mayo de 2009

A PEPE PINEDA

Siempre me acuerdo de Pepe Pineda, todos los días hay algo que rememora su imagen lo mismo me ocurre con otros seres queridos que ya no están aquí. Pero estas son unas líneas sólo para Pepe. Después de cuatro años desde que nos despedimos de él, he querido hacer partícipes a todos los que entren en el blog de nuestro centro del sentimiento entrañable que todos compartimos hacia un maestro dedicado a la enseñanza en todos los sentidos.

Estuvo con nosotros desde el principio en una de las barriadas que más necesitaba a una persona como él, en La Piñera. Hoy cualquiera que vaya allí y hable de educación de adultos recuerda a Pepe y su trabajo. Gracias a él muchos aprendieron a leer y a escribir, jamás habían cogido un lápiz, y también muchos lograron sacarse el carné de conducir después de esfuerzo y dedicación. Pepe fue el gran promotor de este proyecto conjunto con la Dirección General de Tráfico a través de la Consejería de Educación. Tenía alumnos y alumnas que no faltaban a clase y listas de espera al inicio de cada curso. Una curiosidad, tenía carné pero no conducía, creo que le conocían casi todos los taxistas. A veces se venía conmigo en el coche y parecía que era él el conductor, “ Josefina, el retrovisor”, “… si vas a cambiar, pon el intermitente”, “… un coche por la izquierda…” y pisaba el freno como si condujera. Yo me reía, porque, aunque cumplía las normas, él siempre se me adelantaba con sus palabras. Sólo se animó a conducir años más tarde cuando su tía le regaló un Escarbajo. Desde luego el coche le iba como anillo al dedo.

Siempre fue diferente y atípico, pero no porque le gustara destacar sino porque era su forma de ser, personalidad indiscutible. Cuando nos reuníamos en horas de trabajo era estupendo, el mejor día de la semana era el miércoles, obligación y devoción, ¡cómo nos reíamos!

La feria empezaba para nosotros cuando Pepe Pineda nos daba las invitaciones a la caseta de la que él era el protagonista. Allí se reunían sus amigos y conocidos, además de otros muchos, y siempre estaba charlando con alguien, resolviendo problemas o aplacando a los perturbadores del buen ambiente de la caseta.

!Habrá tanta gente que le eche de menos! Desde esta página que podrán leer tantos que la conozcan como los que la hallen por casualidad, te saludamos Pepe y te damos el más fuerte y sincero de los abrazos.

Tus compañeros del CEPER Al-Yazirat

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