Estas expectativas generan en las sociedades estereotipos de género, los cuales, en muchas ocasiones, nos impiden actuar en libertad conforme a nuestros gustos, preferencias, sentimientos e inclinaciones, impidiendo por tanto el desarrollo pleno de nuestra felicidad.
Transgredir estos estereotipos de género en nuestro entorno de libertades puede generar comentarios ofensivos o reacciones intransigentes por parte de algún desaprensivo, pero piensa que existen lugares donde hacerlo está castigado por la ley, y no con penas menores en algunos casos.
La literatura y el cine, como agentes socializadores que son, han sido y son unos transmisores implacables de estereotipos de género. Veamos algunos ejemplos:
Blancanieves y los siete enanitos: En este cuento recogido por los hermanos Grimm, y llevado a la gran pantalla por Walt Disney, una malvada y envidiosa reina es capaz de matar a quien le hace sombra por su belleza, Blancanieves. Esta logra escapar y acaba en una cabaña cocinando y limpiando para siete pequeños hombrecillos. Finalmente, Blancanieves es envenenada por su madrastra, pero por suerte, un valiente y viril príncipe le salva de la muerte con un beso. Esperamos no haberos hecho spoiler.
La Cenicienta: De nuevo, una tirana madrastra y sus neuróticas y desagradables hijas someten a una sumisa y bella muchacha que se pasa el día atareada con las labores del hogar. Su sueño: conocer a un rico y apuesto príncipe que le permita cambiar la situación en la que vive, aunque sea a base de ponerse unos “comodísimos” zapatos de cristal.
La bella y la bestia: Una chica encuentra un castillo encantado en cuyo interior vive un ser horripilante del que acaba enamorándose. El bonito mensaje de que la belleza está en el interior solo lo encarna en la historia el hombre-bestia ya que ella aparece en todo momento emperifolladísima. Habría que ver cómo hubiera transcurrido el asunto si la que encuentra el castillo es la hermana de Cenicienta y no Bella.
La bella durmiente: Dulce, inocente y recatada princesa espera a que príncipe guapo y valeroso la salve del sueño eterno al que fue sometida por una maquiavélica bruja. Y todo porque esta no fue invitada al bautizo de la princesa. ¡Menudo rencor!
Pretty woman: Un hombre rico hace uso de una prostituta para sus menesteres varios. La visión reduccionista y dulcificada de la prostitución unida al amor romántico que destila la película hace que en ella haya más fantasía que en los cuentos de Hans Christian Andersen.
Grease: Musical hollywoodiense donde nos cantan como una buena y dulce chica pasa a ser una auténtica choni de barrio para que el macarra de turno se fije en ella, y viceversa. Todo muy sensato.
My fair lady: Esta película, inspirada en la obra homónima de George Bernard Shaw, y que rezuma clasismo por los cuatro costados, nos muestra como un distinguido, misógino y machista lingüista apuesta con un amigo a que es capaz de convertir a una ordinaria y vulgar florista en una auténtica dama de la alta sociedad, como quien prepara a su caniche para un concurso canino. La filosofía del elitista profesor se muestra a través de una de las canciones de la cinta: A hymn to him. En ella se dicen cosas como:
¡Las mujeres son irracionales, eso es todo!
¡Hay cabezas llenas de algodón, heno y trapos!
No son más que exasperantes, irritantes,
vacilantes, calculadoras, agitadoras,
maduras enloquecedoras y furiosas! (…)
¿Por qué una mujer no puede ser más como un hombre?
Nada más que decir señoría.
Lo que el viento se llevó: Como hacer un resumen de una película que dura casi cuatro horas seguiría resultando muy largo, destacamos de ella que mientras que Melania se presenta como una mujer modélica, por callada y obediente, Scarlata se muestra como una insolente y descocada mujer alejada del ideal de la época, contraponiendo así el bien al mal.
Como vemos, entre los estereotipos de género que tradicionalmente se han relacionado con las mujeres, y que el cine ha colaborado a perpetuar, está el de la belleza y su cuidado, la delicadeza, la sensibilidad, la sumisión, la obediencia, la envidia, las tareas del hogar o el matrimonio como único camino de salvación.
Por supuesto, nuestro análisis no pretende la censura de libros y películas. Estas, como las personas, no aguantan un proceso inquisitorial sin que se encuentre alguna mácula en ellas. Es más, hemos pasado buenos momentos visionando estas historias, y la mayoría de ellas están calificadas como grandes obras del cine de todos los tiempos. Nuestro objetivo es reflexionar, porque solo a través del análisis crítico podremos desterrar estos estereotipos de género que coartan la libertad y ponen en jaque la felicidad de tantas personas, especialmente de las mujeres, que por lo general son quienes siempre han cargado, y cargan, con los estereotipos más negativos y limitantes, estereotipos que poco a poco se van filtrando en el imaginario colectivo a través de algo tan inocente como una película para niños y niñas.
Nuestra propuesta por tanto no es censurar sino educar en igualdad para acabar con estereotipos y con la violencia asociada a ellos.
Nos muestran al género masculino como el dominante, que ostenta el poder económico y social. A ellas hay que salvarlas, hay que esperar al príncipe para ser rescatadas de su situación.
ResponderEliminarLo peor de todo es que en la actualidad la mujer sigue teniendo peores sueldos y pensiones, en general.