El tercer encuentro de los dos grupos de cultura emprendedora SurMarino ha tenido como centro motor a una persona singular, académico y culto, cazador ilustrado y erudito ambiental, Eduardo Briones Villa. Lleva más de treinta años trabajando como biólogo en el área de medio ambiente del ayuntamiento de Los Barrios, presidente del Instituto de Estudios Campogibraltareños y actualmente también presidente de la Junta Rectora del Parque Natural del Estrecho, aunque su medio natural es más de Los Alcornocales.
De inicio, el título del encuentro "La actividad cinegética en Los Alcornocales, y sus implicaciones en el desarrollo del alcornocal", pero ha habido un poco de todo. Y tan transcendental como "...la felicidad depende de la buena calidad de las relaciones humanas...", frase que la expone en el contexto de las entrevistas a antiguos pobladores de Los Alcornocales de los años 40-50-60 que recuerdan con más intensidad lo bien que se lo pasaban dentro de la carestía en recursos, esos que hoy en día catalogamos como esenciales.
Nos ha presentado datos objetivos que muestran una desmedida densidad de carga cinegética en nuestros montes, una excesiva herbivoría silvestre visible en cómo están de ramoneados las diferentes especies vegetales y en los datos de animales abatidos en cada montería. Es un efecto del excesivo afán de presentar en el mal uso cinegético una cabaña animal para pegar el máximo de tiros, que no tiene más regulación que el Plan Técnico que cada propietario presenta, sin una posible evaluación administrativa para fijar una densidad sostenible. Sin embargo, hay medidas de futuro. El trabajo de Rafa Sánchez Vela (PN de Los Alcornocales) ha consolidado un protocolo objetivo que va a empezar a medir y controlar estos desmanes evaluando el estado de la vegetación, primera causa de la falta de regeneración del alcornocal.
Curiosa clasificación del cazador nos presentó: el cazador social, el cazador rico y el cazador galáctico. Y para el último caso se expusieron, también por los participantes, lo que podemos denominar caza artificializada: dar de comer a las especies salvajes como a animales domésticos, o introducirlos del exterior criados en granjas para ser cazados al día siguiente, incluso siendo esterilizados por si se salvan que no puedan reproducirse.
Dos conclusiones:
1.- El estado de la vegetación y la población de corzo puede servir como bioindicador de las densidades de herbivoría (donde hay corzo hay poco venado, gamo y muflón por ser muy territorial este singular animal endémico de nuestro territorio),
2.- El Plan del Área Cinegética Alcornocal puede ser un buen instrumento para regular las poblaciones de herbivoría silvestre.
Nos vemos por el monte.
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