Foto: María Vegara Fuentes
Este viernes de temporal y lluvia nos hemos encontrado los grupos SurMarino con el Director-Conservador del Parque Natural del Estrecho, Jorge Serradilla Santiago, en las aulas de la UNED, nuestro aliviadero de infraestructura educativa y emocional, una acogida en la reutilización de espacios donde la necesidad agudiza la cooperación.
Foto: María Vegara Fuentes
Con el objetivo de conocer qué es el Parque y para qué ha servido Serradilla ha disertado durante dos cortas horas con el compromiso de volver en abril para hacer un ejercicio de simulación frente a un problema de este espacio protegido andaluz que cumple 20 años, o un poco más, si consideramos como su origen aquella promulgación en el 1999 del "Frente litoral Algeciras-Tarifa".
Foto: María Vegara Fuentes
Y no es persona de andarse por las ramas, del tirón al concepto de desarrollo sostenible, ya que en esta figura de protección se promueve la actividad económica sin menoscabo de un futuro con recursos. Técnico de una complicada Consejería, acostumbrado a ser desconocido en el término municipal de Algeciras y el "coco" (NO Blanco) en la extensa Tarifa, sobrevive desarrollando, en equilibrio por imperativo biológico, funciones que iniciara Jesús Cabello Medina (víctima del intento de la ampliación del Puerto de Tarifa), y por las que han pasado sufridamente diferentes funcionarios/as.
Foto: María Vegara Fuentes
La habilidad comunicadora es fundamental en un espacio donde la multipropiedad es seña de identidad, junto a un paisaje único por la situación privilegiada entre dos continentes y dos aguas marinas, arriba océano Atlántico, abajo mar Mediterráneo. Y en esas multipropiedades también las competencias con las que lidiar: urbanísticas de los Ayuntamientos, el dominio público marítimo terrestre del MITECO con las dunas de Valdevaqueros y Bolonia más la extensa playa e intermareal costero, las instalaciones militares del MINISDEF, los montes públicos, Cultura, la APBA y la intangible del sector inmobiliario/turístico con su querencia al desarrollismo. ¡Qué sándwich!
Foto: María Vegara Fuentes
Hemos aprendido que es un espacio con protección en tierra y en mar, 19.000 hectáreas en conjunto que, paradojas administrativas, sólo vigila de forma específica un agente de medio ambiente. Un "colaero" en todos los sentidos, a pesar de los esfuerzos coordinados con Policía Local, SEPRONA Guardia Civil y Policía Autonómica (Policía Nacional con competencias ambientales). ¿Cómo se deja un espacio protegido de la tipología "caja de bombas" a la merced de una acreditada NO responsabilidad civil?
Foto: María Vegara Fuentes
Y aún así, de forma global, la promulgación de este espacio protegido ha mantenido a raya los incipientes proyectos urbanísticos de Endesa-Sevillana en Bolonia, "Magna Bolonia" en el Chaparral, Valde-Monte con vaqueros, Los Lances... aunque como diría el "niño malo": Todo tiene un principio y un final. Sin agua, y no tenemos, los días de la gallina de oro están contados.
Y también ha traído una contaminación positiva entre los pobladores que resisten como productores locales. Y a los pobladores que viven en el espacio unos límites para sus segundas residencias. A nivel global lo ha hecho mejor que era, a pesar de que parte a parte podemos encontrar muchos "sumandos" que restan, especialmente porque la figura de protección ha sido convertida por la mala práctica de ciertos personajes en una mayor carga administrativa, endosando la complejidad de mover una piedra en el parque de "factura verde". Y especialmente podemos encontrar sumandos que restan en los más necesitados, personas con cortijos "de toda la vida" que han visto limitada su sencilla ampliación o el aprovechamiento del "alquiler" turístico como compensación al imposible de las actividades tradicionales en este convulso s. XXI.
Gracias Serradilla Del Estrecho.
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