Hoy viernes 2 de febrero nos hemos juntado los grupos 1 y 2 SurMarino para realizar la ruta 5, en el día de descanso de la levantera, un recorrido de 10 km desde Valdevaqueros a Bolonia y vuelta.
"La duna de Valdevaqueros, y
la de Bolonia también, tienen su origen en el interés militar de reforzar la
muralla del Estrecho con un conjunto de
baterías de costa. Es un sistema dunar que originalmente se extendía hasta las
estribaciones de Betijuelo. Su orientación media es NE-SW. El sistema está
formado por acumulaciones de arena que migran ladera arriba desde la playa,
impulsadas por los intensos vientos de levante. La intervención sobre el
corredor dunar fue iniciada a principios de 1940 por los militares, condicionando
los procesos y la evolución de la actividad humana en la zona. El sistema
recibe arena disponible en la zona sumergida transportada por el oleaje de
poniente que se acumula en la playa y ensancha la playa seca. El viento de
levante erosiona el sedimento en la playa seca y lo transporta hacia la duna.
Se estima que en los últimos 50 años la playa seca ha crecido, en
promedio, más de 150m, y que el sistema almacena arena suficiente para mantener
estos mecanismos de transporte durante las próximas décadas. Su frente de
avance, casi alineado con la carretera A-2325, es de unos 700-800m de longitud; la anchura media del
sistema, desde la playa hasta el frente de avance, es de unos 300-400m. En las
zonas de mayor acumulación la altura del frente dunar excede los 10m sobre la
rasante del terreno. En 1987 no pasaba de la carretera, con un ancho aproximado
de 100 metros y con una cota máxima en altura de 28 metros, contenida lo más
cercana a la línea de costa. A pesar de los esfuerzos de las administraciones
afectadas por la situación, el desarrollo, el crecimiento y la evolución
espacial y temporal del sistema dunar no están bajo control. De hecho, en el
año 2004 se produjo el primer alcance, en 2005 quedó afectado un cable
telefónico y en 2009 tuvo lugar el primer corte de la carretera."
Esta problemática constituye un elemento importante distorsión a los pobladores de Paloma Baja sin solución a corto plazo, salvo continuar gastando dinero en retiradas de arena.
Y a poco de iniciar la marcha nos encontramos con la antigua batería de costa D2 Paloma Baja. Tanto Juan José Álvarez Varela, que se crio en ella, como Antonio Selva González, con 18 meses de mili allí, nos mostraron los elementos más importantes de esta instalación militar, actualmente a la suerte del vandalismo y el pillaje. El Ministerio de Defensa aún no las ha desafectado, de hacerlo volverían a los dueños originales antes de su expropiación. En gran parte pertenecen al MUP "Monte Dunas" patrimonial del Ayuntamiento de Tarifa. ¿Puede ser la presencia militar un freno al desarrollismo urbanístico en búsqueda de suelo residencial-turístico?
Continuamos nuestro camino cruzando el núcleo turístico-residencial de Paloma Baja, en otro tiempo un diseminado rural que pudo tener su origen en la torre de vigilancia que la historia supone en el cabo de Punta Paloma, una suerte de huertas separadas con caña como medida de protección agrícola frente al salitre y los vientos. En lo que se ha convertido actualmente hace difícil encontrar un planeamiento urbanístico que planificara la edificación de diferentes construcciones, que para corresponder a un suelo rústico no urbanizable contiene una altísima densidad sin infraestructura básica, por ejemplo, de depuración. O es muy fácil, la mirada a otro lado de una administración local ávida de recibir en multas, o en licencias, o en impuestos... recursos para ir tirando.
En el punto donde se inicia el nuevo carril bici correspondiente al proyecto "La Ruta del Estrecho", una apuesta por conectar Zahara de Los Atunes con Tarifa en bici con 3.000.000€, está la fuente de Paloma, también lugar de inicio de uno de los tres acueductos que suministraban agua a Baelo Claudia. Y el carril bici está encima de la colada de la Reginosa, que te permitía la movilidad entre las zonas, aunque ahora esté más cómodo. Las prioridades, a veces, no se entienden a pie de calle. Más aún cuando ciertos elementos vitales de esa ruta, como el puente para pasar el arroyo del Conejo, está "cogido con pinzas". Nuestro alumno Jesús Beuzón nos demostró como ese puente era débil en su diseño a pesar de la madera tan buena usada, dándole dos años de vida antes de acabar en la playa o en algún chabolo.
Pasamos una ruta estupenda, un tanto asimétrica, dos horas y media para ir, una y media para volver. Alguna explicación debimos dejar para la vuelta 😅.
La sorpresa nos la dio un pequeño camaleón que cruzaba el carril bici, salvado por el "niño malo" que lo detectó en el suelo. Luego el maestro lo traslado a un pino cercano pero lejos del carril. Curiosamente estaba mudando la piel, lo que son capaces de hacer casi una vez al mes cuando son jóvenes.
Hasta la próxima.
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