El patrimonio perdido de Algeciras se refiere principalmente a la destrucción sistemática que ha sufrido su patrimonio arquitectónico e histórico a lo largo de los siglos, especialmente desde la Edad Media hasta el siglo XX. La ciudad medieval fue destruida en 1375 por el monarca nazarí Muhammad V, y tras su repoblación en el siglo XVIII, muchos vestigios medievales se perdieron para utilizar sus materiales en nuevas construcciones. Durante el siglo XX, la destrucción fue especialmente intensa, con pérdida de murallas, edificios históricos, iglesias, y patrimonio militar y civil, debido a causas culturales, políticas y económicas. Ejemplos clave incluyen la demolición de murallas, puertas históricas, la plaza de toros La Perseverancia, el acueducto de La Bajadilla, y la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, entre otros.
Uno de los patrimonios emblemáticos actualmente en riesgo máximo es la Torre del Fraile, una atalaya del siglo XVI que ha sufrido un deterioro alarmante, siendo considerada un símbolo histórico de la ciudad y del estrecho de Gibraltar, con campañas para su conservación. En general, Algeciras es conocida por ser una ciudad que ha perdido gran parte de su patrimonio arquitectónico, quedando pocos vestigios históricos visibles y sufriendo un grave deterioro urbano e histórico.
Esta descripción muestra el proceso continuo de pérdida de patrimonio y la urgencia de conservar lo poco que queda para preservar la memoria histórica y cultural de Algeciras.






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